Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
ANA SEDEÑO

Ana Sedeño

 

Pascual Duarte (Ricardo Franco, 1976) se considera una película clave del cine  español de transición, que da cuenta de unos crímenes en un ambiente rural sórdido. Adaptada desde la novela de Cela La familia de Pascual Duarte (1942), la obra manipula la base literaria para acercarla al contexto histórico de esos años, especialmente en lo que se refiere al tratamiento directo de la violencia.

Pascual Duarte lee de niño en su clase de catecismo, la historia de Abraham y la petición que le hace Dios de matar a su único hijo para probar su fe; años más tarde, se vuelve a escuchar la misma historia cuando el protagonista pide al sacerdote que lo case. Pascual Duarte es un ser precultural que vive entre silencios y la más sobria pobreza. Los planos generales destacan la aridez y la desolación en exteriores y en interiores los fuertes contraluces nos muestran sus pocas posesiones. Movimientos de cámara suaves, planos estáticos y algunos primeros planos presentan esa pasividad de Pascual y confluyen en el resentimiento a todo aquello que la niega, y que por lo tanto debe morir.

No hay nada psicológico o metafísico en una cinta que es áspera como un trozo de esparto sobre la piel, sobria como la cara de Leonard Cohen. La historia de Pascual Duarte es la del sacrificio, el que uno impone y al que es finalmente conducido.

Ya está aquí la navidad de nuevo y me pregunto cómo zafarme de ella y del paso del tiempo, cuánto sacrificio y sufrimiento me son exigidos para ajustar cuentas por otros momentos mejores… Pascual piensa, como yo, en que el Dios justiciero, omnipresente y castigador siempre está encima y no hay manera de alejarlo…