Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FRANCISCO VÉLEZ NIETO
A propósito de "Obra poética completa de Miguel Hernández" Alianza Editorial

Francisco Vélez Nieto

Alianza Editorial

Corría el año 1977 cuando recién inaugurada la Casa del Pueblo de UGT  de Sevilla, sin  “grises”  vigilando en la puerta, y con un lleno rebosante, Alfonso Guerra, Andrés Sorel y servidor, presentamos la OBRA POÉTICA COMPLETA de Miguel Hernández con introducción, estudios y notas de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia. Fue editada por “Z” en su colección Promoción del Pueblo. Hasta el asfixiante calor humano olía a esperanza y democracia. Un respirar desbordante tras la larga noche de piedra. Se iban las uvas por el sumo y hasta se podían besar  estrellas.

 

Han corrido los años y aquello de “proletario que hueles a Universo” es una ficción en el olvido. Tampoco los políticos- salvo  algunos- suelen hablar con las personas normales. Puede ser un decir: pero los niños ya no mojan el dedo en el tintero y los mayores no creen que sus nietos los transporta desde Paris una cigüeña volandera dentro de un pañuelo suspendido en su pico. Un fantasma   desencantador nos asola y muchos le llaman mediocridad.

 

Y así, como si soñáramos con un alba extraña, nos llega la sólida edición OBRA POÉTICA COMPLETA de Miguel Hernández, algo que se le agradece a Alianza Editorial, que tras aquella edición de finales de 1976 por Z,  ha venido  editando en seis años alternos la obra. Esta que ahora con satisfacción comentamos.

 

Merece la pena acercarse a saborearla íntimamente porque la lírica de Miguel Hernández, con permiso de los etiqueteros de “Poeta del pueblo”, “Poeta cabrero” y otras estupideces ya que no hay veda. Tomemos el tino de Juan Ramón Jiménez con la  rosa, mejor no tocarlo más, basta con amarlo sencillamente como poeta. Pues como señala Dámaso Alonso “Que nada se interponga entre el lector y la obra”

 

Abre esta monumental edición “Unas palabras previas” de Jorge Urrutia hijo del inolvidable y sentido Leopoldo de Luis, compañero de lucha y verso del cantor de Orihuela. Quien explica como “El tiempo pasa inexorablemente y se pone amarillo sobre nuestra fotografía, que habría dicho Miguel Hernández. El tiempo pasa inexorable  y no es posible adivinar lo que generaciones más jóvenes entenderán de los hechos acaecidos” pues. “Pasamos por una época en la que parece  que poesía no puede ser sino exquisitez elitista que busque la suprema esencialidad, o descripción de la vida cotidiana íntima”

 

Pero aquí queda este poeta con una poesía que fluye desbordante de vida y temblor humano. Porque toda ella es fruto de una creatividad intensa, conmovedora y comprometida. Nos hace ver  Urrutia, el riesgo y el valor que ha significado mantener viva la poesía de Hernández desde aquel 1974 (año difícil, pues al dictador todavía no le temblaba la mano para firmar muertes),  con una antología de Poemas de amor preparada por Leopoldo de Luis. Y tres años después en 1977 editar “Poesía y prosa de guerra y otros textos olvidados” hasta alcanzar el 1982 este volumen de su poética no completa, cuando con el gobierno socialista llegó la supresión completa de la censura.

        

Emotivo homenaje al primer centenario del nacimiento del poeta de muerte dolorosa e injusta, esta publicación de garantía, obra viva y palpitante, plena de naturaleza, pasión y amor de un hombre completo que supo conjugar lo humano y lo poético, estandarte constante de transparencia y honestidad. Nada de trastienda con uniformes a la medida de revolucionarios en horas libres y festivas. Esto no es una crítica poética, sino un sencillo comentario con nostalgia de los tiempos vividos ocasionalmente recuperados.