Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
ANTONIO J. QUESADA

Antonio J. Quesada

 

Cada día me cuesta más escribir sobre literatura. Será que me pasa como con el amor, que prefiero hacerlo a escribir sobre él. Puede ser: ¿acaso no es mejor disfrutar de un buen libro, gozar con él, sentir el placer estético, antes que hacer una práctica masturbatoria para que todos vean que lo leíste y lo inteligente que eres?

 

Hoy haré una excepción. Pessoa siempre viene conmigo, unas veces más que otras (pero siempre está), y hoy, en el autobús, de camino al trabajo, leo este texto, sacado del “Libro del desasosiego”:

 

“No sabiendo lo que es la vida religiosa, ni pudiendo saberlo, porque no se tiene fe con la razón; no pudiendo tener fe en la abstracción del hombre, ni sabiendo siquiera qué hacer de ella ante nosotros, nos quedaba como motivo de tener alma, la contemplación estética de la vida. Y, así, ajenos a la solemnidad de todos los mundos, indiferentes a lo divino y despreciadores de lo humano, nos entregamos futilmente a la sensación sin propósito, cultivada con un epicureísmo sutilizado, como conviene a nuestros nervios cerebrales”.

 

Puede que tenga razón. Puede que tenga bastantes razones. Pessoa siempre nos incita a reubicarnos.