Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FRANCISCO BASALLOTE
Sobre "Deambulaciones" de Fran Nuño Ediciones "En Huida", Sevilla, 2010

Francisco Basallote

Ediciones En Huida

Tener en las manos una opera prima de poesía siempre es estimulante para un poeta y no digamos para un crítico, mucho más cuando el autor como Fran Nuño (Bilbao, 1973) es : dramaturgo, editor y librero, gestiona numerosas actividades culturales en colegios, bibliotecas y salas de teatro, colaborador habitual de radio y de revistas literarias, especializado en la literatura infantil con más de veinte títulos en su haber y numerosos premios, y con ese bagaje de activismo cultural se adentra en el mundo de la creación poética dando a la luz un libro de poesía . Deambulaciones se llama el resultado de esta incursión en un mundo de magia y de misterios insondables por el que sólo se puede deambular con el corazón abierto a la emoción y la mirada encendida en el fuego inextinguible de la belleza. Fran Nuño llega a él desde el universo donde ha hecho feliz a la infancia por lo que viene pleno de lo que dijo Hörderlin sobre la poesía: “ esta tarea, de entre todas , la más inocente”

En el poema introductorio Antes de deambular, con un buen sentido pedagógico el poeta nos dice que “Estos cuarenta y tantos poemas son un puñado de reflexiones y pensamientos que toman como referencia, sobre todo, la ciudad, los objetos cotidianos, nuestro día a día…´”. El arte de deambular, el que realiza consumadamente el caminante es arte de poetas, en el camino el poeta se acerca al mundo y a la naturaleza, a la par que a sí mismo. Desde los antiguos haijines viajeros del Japón milenario, los viejos maestros del haiku, como Matsuo Bashô que diría “ Me llamarán por el nombre de / caminante/ tempranas lluvias de invierno” hasta Antonio Machado con “caminante son tus huellas/ el camino/ y nada más…”, la poesía es una larga senda por donde los poetas deambulan haciendo con sus pasos su obra para el hombre, su canto continuo.

Está dividido el poemario en tres partes: Desafinados, Ciudad y Objetos. La primera parte está cargada de memoria, uno de los parámetros que hace de la poesía ese espejo emocionado en el que el poeta se ve, al modo de Narciso, y se autoidentifica. Así dice: “ No son pocas veces/ las que he deseado/ que este laberinto/ de idas y venidas/ por el que deambulo/ se convierta en el llano/ donde jugaba aquellos encuentros/ en los que rara vez marcaba un gol.” , siendo más importante la recuperación del tiempo que los éxitos en el deporte, por ello tras el aguacero se pregunta: ¿Y si la lluvia regalara/ la imagen de una infancia/ que alguna vez reflejó / y que nunca fue fotografiada?”. La difícil “posesión del ayer” de Borges…En Ciudad, el poeta reflexiona sobre la búsqueda y la ausencia, la soledad y la impersonalidad de la urbe. Dirá que prefiere pasear por una ciudad desconocida porque “Quizá de esa manera/ llegue también/ a tu encuentro/ en la ciudad/ de mi propia vida.”, y hasta cierto punto conforme con su destino dirá: “Pero la ausencia,/ sin más,/ acaba diluyéndose en nuestra rutina…”, mientras observa a la gente “Los domingos por la tarde/ nadie tiene una edad concreta./ La gente que vemos/ deletrea pasados/ con manos en los bolsillos/y pasos desacelerados.”. En Objetos está presente de nuevo la memoria: “Los objetos/ y los momentos sin empaquetar/ que perdemos en las mudanzas/ van a parar a los trasteros/ de nuestras vidas.”, así como una cierta conciencia de lo imperfecto de lo humano: “Los relojes/ recitan el tiempo/ con métrica perfecta/…/ Y nosotros, siempre,/ un poemario inacabado…”.

Escrito en verso libre, polimétrico, con poemas generalmente cortos que permiten, en su concisión, acentuar más la intención reflexiva del poeta aunque sin llegar a la esencia sintética del aforismo al que en algunas ocasiones se aproxima, siendo desde luego estos poemas cortos lo mas intenso y emocionante del poemario, que en los poemas más largos pierde en algunos casos el fulgor de aquellos. Desde luego es una opera prima , con cuya lectura hemos disfrutado y que desbroza un sendero por el que seguramente transitará con más asiduidad el poeta…