Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FRANCISCO BASALLOTE
Sobre "Neverland" de José Mª García Linares. Editorial Zumaya. Granada.

Francisco Basallote

Editorial Zumaya

José María García Linares ( Melilla, 1977) es licenciado en Filología Hispánica y profesor. Ha colaborado como articulista en revistas como Letra Clara, Extramuros, Elvira… Forma parte del consejo de redacción de la revista Entre Ríos y columnista del diario Melilla Hoy. Autor de dos poemarios, Oposiciones a  desencuentros, 2007 y Muros, por el que recibió la Mención especial del Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Melilla”, 2010. 

 

Es Neverland  una hermosa metáfora, y ese País de Nunca Jamás y todos los personajes del cuento de Peter Pan conviven en el inframundo de este poemario como elementos imprescindibles para manifestar esa tendencia a revivir el pasado que lleva implícita la poética de la memoria, la elegía por el tiempo y los espacios perdidos y sobre todo el mundo maravilloso de la infancia, paraíso perdido que es el verdadero País de Nunca Jamás.

 

En este hermoso poemario de la memoria, se sobreponen varios niveles: el de la ilusión

en las innumerables alegorías al cuento, como el vuelo : “ Volé con ilusión/ de un niño chico/ en busca de tesoros escondidos/…”,  “El cielo de los niños es de azúcar/ de alas de algodón, de nubes gordas/…” , El tiempo que “ devora la vida, engulle los relojes…” como el Cocodrilo o la playa del Capitán Hook, “Torcida y sucia /como el garfio del olvido…”. Pero a él se sobrepone el de la pérdida: “Nadie nos dijo que en los cuentos/ podíamos perder los héroes…”,“ Nunca, jamás podré volver a oír/el eco de tu cuerpo adormecido,/…”, “ Hoy,/ desde esta isla, miro el viento/ y apenas hallo rastro conocido/...”, “ En las cortezas del árbol / escribimos, una vez,  el tiempo./…”. Pero sobre todo el de la memoria: “Alguna vez la luz/ se agarra al paladar de la memoria/ “, “Voces que están hundidas en el mar,/ del revés en cada charco de memoria, , “La memoria es un estado de ánimo, /frugal hoja de té de la  melancolía./ Por eso tu y yo somos recuerdos…”. Logrando el estado de sublimación en la nostalgia: “…esta casa sin jardín,/ perdida para siempre en la nostalgia…/”, “Si algo guardo de estos años/ es la luz azul de los inviernos…”, nostalgia de los lugares de la infancia, de la ciudad : “ Melilla,/ hierbabuena varada/en la nostalgia.” ¿Puede ser más contundente ese sentimiento arraigado en el corazón del ausente que ve cómo: “Desde el faro se deshoja/ el tiempo y la memoria gota a gota…”? y “Seguir el rastro del tiempo/ hasta el sueño mismo de la torre...”   Y a pesar de todo, dirá “…seguimos dejando abiertas las ventanas./ Quién sabe si una noche,/ si en un sueño/ aparecen los besos/ que dejamos volando sobre Neverland.”

 

Un original y hermoso poemario que nos hace volver la mirada hacia esa parte de nuestras vidas que pasó irremediablemente en brazos del tiempo y al mismo tiempo gozar de los versos de un poeta joven que camina certeramente por los espacios  de la memoria.