Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
MANUEL GARRIDO PALACIOS

Manuel Garrido Palacios

José Corredor Matheos

 

Jesús Barrajón y María Rubio (Universidad de Castilla-La Mancha) editan este libro en Calambur con trabajos sobre la obra de José Corredor-Matheos (Alcázar de San Juan, 1929) Premio Nacional de Poesía, obra que para Pedro A. González “es una cuestión de aromas y fragancias. Su concepto de lo poético va más allá de toda definición”. Biruté Ciplijauskaité no cree “que la poesía castellana contemporánea pueda presentar otra obra tan exigente”. Elena Vega-Sampayo: “La sonrisa, el corazón, la mano y el ojo se ubican en el mismo plano que el árbol, el río o los zapatos y también que el dolor, la tristeza, el amor y el olvido”. Son versos, dice María Rubio, que “nos colocan ante ese momento en el que la búsqueda permanente culmina […] en el instante único, apenas perceptible pero gozoso, del hallazgo feliz”. Pilar Gómez Bedate: “A partir de Carta a Li-Po [su poesía] se singulariza por su identificación con el pensamiento zen y su parentesco con las líricas china y japonesa”. Asunción Castro: “Sus primeros libros […] exploran tonos y motivos […] que vendrían a conformar […] una poética madurada en el ejercicio constante y honesto de la escritura”. 
Jesús Barrajón trae las palabras del autor sobre su “poesía esencial”: “La escribía ya a los 17 años, pero la abandoné. Que la retomara fue fruto de una evolución personal relacionada con mi interés por el budismo”. Mariola García-Lavernia: “Su temática y su espíritu es lo que nos recuerda el espíritu del Tao”. Mª Elena Rodríguez: “La lluvia, el cielo, las montañas, las plantas… adquieren tal protagonismo que podría decirse, tal cómo lo piensa el autor, que […] son el poema”. José Mª Balcells: “En el Tao se asienta la propuesta corredoriana, a fin de que la necesidad y la voz interiores a las que responde la escritura poética puedan manifestarse por la vía más natural”. Lola Josa: “Aire que dicta sabiduría […] valor de lo espacial nacido del aire y del vuelo”. .Juan Senís “Ineludible conciencia de que la poesía es sólo poesía, nada más“ 
Tomás Albaladejo: “El poeta pregunta y se pregunta por lo que ignora y por lo que da por supuesto […] haciendo así que su ignorancia sea sabia”. Josep María Sala: “El olvido de sí mismo y de todo […] posibilita el éxtasis del alma […] esto no supone renuncia alguna a lo sensible”. Luis García Jambrina: “Uno de los poetas más singulares de su generación; de ahí que no haya tenido acomodo fácil en ella”. Nilo Palenzuela: “Hace coincidir en la breve aparición de la palabra […] la capacidad de asombro que trae consigo”. Para Gómez Porro es “una poesía que pregunta, que examina, que articula su mundo en torno a una batería de interrogantes, cuyo combustible es la incertidumbre”. Carmen Borja: “Desconocemos desde dónde se escribe, quién lo dicta, quién mantiene intacta la conciencia de la muerte. Ese yo que quizá no sea yo”.

Antonio Colinas: José Corredor-Matheos “ha sabido ir mas allá con un sentir y un pensar que sólo conceden la edad, la sabiduría, y la síntesis en el tiempo de una obra hecha en lo secreto, en la fidelidad al ser más que al parecer”. Alejandro Duque: “Hasta dentro de la muerte hay una semilla [...] que se resiste a morir”. Miguel Galanes: “Si el poeta no está, a veces, en su escritura es porque se aloja en lo no pronunciado. De aquí nacen la elegancia y la grandeza de sus poemas”. Federico Gallego: Su camino es el “del agua lenta, que crea cauce y abre un curso que se puede extender, soterrar, nunca desaparecer”. Antonio Gamoneda: “Olvida y canta. Mira ante ti como si fuera a amanecer”. Para Giménez-Frontín: “La sociedad civil y cultural catalana no sería la misma sin su obra y sin él”. Javier Lostalé: Hay “una tensión de espera y un nombrar y un ver tan puros, que quien nombra y ve desaparece en tan íntimo acto”. Jorge Riechmann: “Fragilidad del gorrión cuyo salto preserva el mundo”. Y Ángel Rodríguez: “El poema es el sereno rastro de hermosura que queda impreso en la página”.
Al ver la luz el libro coincidiendo con el cumpleaños del poeta, han querido los editores que sea “celebración de su generosidad, de su sentido del humor, del regalo de su sencillez y de su mirada siempre extrañada y cómplice y amistosa, de la hermosa sorpresa de encontrar en la vida real a ese paseante que deambula por sus poemas”.