Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FILOMENA ROMERO
ANTOLOGÍA DE POESÍA MELILLENSE

Filomena Romero

Encarna León

 

 

 

      La vida siempre nos sorprende, hay veces que de forma agradable y otras desagradable, pero  siempre es ella con sus sorpresas inesperadas la que nos hace más llevadero o insoportables los días de nuestra existencia, en este transitar continuo en nuestros días.

 

      Este año no he ido a la Feria de agosto (El calor y la desidia me impedían salir) sin embargo, la feria ha venido a mí en forma de regalo, disfrutando a mi manera  leyendo todo lo que he podido y más, y, sobretodo, de la mano de Encarna León y su “ROQUEDAL AZUL” (Antología de poesía Melillense).

 

      Como decía al principio: la vida  nos  asombra y sorprende de la forma más inexplicable (He leído últimamente en algún libro de autoayuda que Dios nos da caramelos de regalo algunas veces) así nos muestra la humildad o la fortaleza que hemos de incorporar a nuestros actos y vivencias.

 

      Un regalo espléndido es éste en el que Encarna León se prodiga y ha trabajado dedicándole muchas horas, muchos días y muchísima ilusión. Una ardua tarea en la que muestra la  labor de recopilación de distintos trabajos que aquí se exponen, con una dedicación ilusionada y tenaz, y un objetivo logrado con creces. Y es que la poeta Melillense,  Encarna León, ha indagado en su periplo de investigación no solo en busca de los poetas residentes en la bella Ciudad de Melilla, sino que en sus pesquisas, han ido más allá en un largo recorrido por  la península, a la búsqueda de  todos los poetas españoles que han tenido a lo largo de su vida  una estrecha relación con esta entrañable ciudad. Su objetivo más perseguido, en esta hermosa antología, ha sido el  de dar a conocer y aglutinar sobre esta obra la poesía melillense. Amablemente la autora ha comenzado el libro por orden de edad 1907 terminando con la nueva generación de jóvenes 1977 un ramillete de voces nuevas  con inquietudes literarias, alguien los llamó  “La poesía que viene”. La antología es también en parte un homenaje a aquellos que ya han partido y nos dejaron su legado poético y,  el honor de su memoria, dadora de infinitud en el paraíso de las letras españolas donde perdurarán como estrellas.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Un total de veintisiete son los poetas seleccionados; obviamente  ordenados por razones cronológicas, de mayor a menor, muchos de ellos melillenses de nacimiento o de adopción, nombres de prestigio y muchos de ellos con un bagaje de  reconocimiento a nivel nacional e internacional. Nombres tan conocidos o venerados  por sus trabajos literarios como los siguientes: Carmen Conde, primera mujer que ingresó 1978 en la Real Academia Española de La Lengua,  Miguel Fernández González, Premio Adonai (1966) y  Premio Nacional de Literatura (1978), Juan Guerrero Zamora, finalista del Premio Planeta, Jacinto López Gorgé, Fernando Arrabal Terán, premio Nadal (1976) Premio Cervantes (1996) y  numerosos otros, entre ellos, Gran Premio de Teatro de La Academia Francesa. José García Pérez, director de La Colección de Poesía del Ayuntamiento de Málaga, Ancha del Carmen y Coordinador de Papel Literario, Emilio Miró Gonzáles, Carmen Carrasco, Encarna León, Álvaro Cordón, Jaime Alonso, Ana Riaño, Antonio Abad, José Lupiáñez, Premio Nacional de Poesía Emilio Prado entre otros premios. Así, hasta un largo  número de  buenos poetas que por su extensión me es imposible enumerar y, a los cuales pido disculpas. No puedo exhaustivamente analizar la diversidad de  voces una por una, pero todos son de una calidad poética generosa, donde se advierte un gran conocimiento y una extraordinaria sensibilidad.

 

Sólo una pequeña muestra de la poesía que expongo nos dice: Carmen Conde… ¡Oh mi ciudad de infancia, mi Melilla primera; / oh mis casas pequeñas, cómo os amo; y sueño / tener otra casita a la mar asomada, / porque la mar me lleva y me trae en su furia!…/

Ana Riaño, “Me extiendo y yazgo en el aire / para abrazar con ella la historia de los peces / y habitar el instante y detenerlo”…/

Encarna León, “Cuando ya no exista / ni en versos ni en palabras, / y la esperanza cuelgue / sus cabellos si luz, / abortada vejez  cubrirá mi manto / pintado de renuncias, /  y dormido silencio / hará trono de asombros / para ser ya por siempre / simplemente, un nombre.”

José García Pérez, “No fui capaz, a secas, sin tapujos. / Tuve miedo de mí, de ti, de todo  / y sin embargo te amo.  / ¿ No me crees  ?/ Si me vieras llorar / cuando apago la luz y se enciende tu sombra. / No me crees, / y sin embargo te amo.”

Fernando Arrabal, de Sonetos de odio y amor a España. “Te recuerdo cruel y misteriosa  / me alboroto pensando en tus mamomes  / la más guapa de todas la naciones / eres bella y con ojos de viciosa.”…/

Antonio Abad, Teseo,“La bella acude a mí / y soy la imagen quieta / que dolido presume / de otra voz, / Busco en el agua espejo / y el llanto es puro vidrio / del ojo que se enturbia.”…/

José Lupiáñez, de El sueño de Estambul, “Miles de llamas diminutas oscilan / sobre las nucas tocadas de los fieles, / que juntan sus congojas bajo las cúpulas. / Todo me hiere: la tristezas, el perfume, / la adorable cascada de colores ardientes, / el mar, los rostros que me miran, / las palabras aisladas; todo me hiere /  en esta hora inquieta  de mi vida, / que salta de la nada al paraíso.”…/

 

Nací en Melilla, la ciudad de mis sueños de infancia, aunque vivo en Málaga desde la edad de nueve años. Para mí es un gran honor compartir esta antología con personas tan ilustres  como las ya citadas. Siempre quise ser cigarra aunque la vida me llevó a ser hormiga en mi devenir diario. De ahí mi vocación y mi veneración a la poesía que me ayudó, y me ayuda, a volcarme y diluirme en ella. Hoy no me arrepiento ni de lo uno ni de lo otro de ambos caminos he recogido cantos, flores y frutos. Por ello. Gracias a todos cuanto me enseñaron (doña Fuencisla mi primera maestra) a amar la poesía o han llenado mi vida con sus bellos poemas, a Encarna León y a  todos aquellos que aparecen en esta magnífica  antología de poetas Melillenses.

 

Escribo esta reseña con la emoción contenida pues la ilusión me desborda y, comprendo mejor que nunca, que los ríos de la vida son tan misteriosos e impenetrables  como el enigma de nuestra propia existencia. “Bájame de este cielo de inquietudes delirantes, / donde me agobia el entendimiento. /… Repósame en la búsqueda del saber, / sin esperar la percepción, ni el esplendor / de que algún día me entiendan.”

 

 Termino con unas palabras de la autora Encarna León  que dice en su Preámbulo: “Espero y deseo que Roquedal Azul (Antología de poetas Melillense) sirva para cumplir unos objetivos: traer a la memoria a poetas extraordinarios que se fueron, dejándonos oquedades inmensas junto a su obra, para conocer mejor a los que aún permanecen entre nosotros dedicados a la creación y  pasan en silencio a nuestro/ vuestro lado, para conocer y no olvidar a los poetas melillenses que están repartidos por el territorio nacional o en el extranjero y para paliar esas ausencias de tiempos pasados. En definitiva, para que Melilla siga sonando dentro de  Las Letras Españolas con signo propio y sobre todo, para que con la lectura de los poemas abrazados a esta antología  disfrutemos de los nuestros”.

                                                                        

                                                                                   :