Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FRANCISCO BASALLOTE
A propósito de "Los códices de Arcadia" de Rafael Vargas.   Bohodón Ediciones. Madrid.

Francisco Basallote

Bohodón Ediciones

Tras  una intensa vida de entrega a la poesía y a los poetas, a los que siempre dio voz y estrado, -tanto en Barcelona  donde Entre el sueño y la realidad  fue portador de la poética de los poetas andaluces , como en esta tierra de retorno  - . Rafael Vargas González (Minas del Perrunal, Calañas, Huelva, 1939), después de haber publicado sus Obras completas (?)  con el rubeniano y franciscano título de Los motivos del lobo (Huebra, 2006), Barra Libre,(Bohodón, 2009) , publica ahora Los códices de Arcadia en el que ,en palabras de su prologuista Joaquín González “Al margen de cualesquiera tipos de vanguardias y de ismos, manteniendo por encima de todo un tono y un estilo tan personal como inimitable, logra con su impronta la nada fácil maravilla de elevar lo que toca hasta llevarlo al nivel de lo colectivo, en un impulso gregario, a la vez vibrante y esperanzado” habiendo “... logrado una felicísima unión entre aquilatada poesía y verdad irrefutable, entre dolor descarnado y belleza subyugante…” 

 

 

En estos códices de Arcadia, también en palabras de Joaquín González destacan: “ El descarnado intimismo, lo más tierno y rebelde a la vez del trasfondo nunca reglado de una infancia más que difícil, el sobrecogedor poder evocativo de algunas de sus imágenes, tanta y tan acertada metáfora a tumba abierta , y como no podía ser de otra manera, el perfil eternamente fraterno con el sufrimiento padecido por la raza humana.”

 

Los Códices de Arcadia es  un poemario dividido en dos partes bajos los títulos de Cuestión de enfoque y El viaje interior de la libertad. El primero contiene una serie de poemas en  los que lo íntimo y lo personal aflora en una puesta en escena que toma para sus partes nombres tan de la téncica cinematográfica como: Planos cortos, Cámara fija y Travelín con la indudable intención de presentarnos ese aspecto personal de su intimidad como una película en construcción, como es al fin y al cabo toda vida. En Planos cortos, nos avisa el poeta que “ Cada verso es un alfiler/ en la flor disecada del tiempo./…”, avisando del doloroso proceso de la palabra en la memoria.  En Cámara fija, esa memoria se hace confesión: “ Hemos vivido traicionándonos,/ recibiendo perdones/ que no habíamos pedido, / como si pudiéramos zafarnos/ de la insidia de las horas./…”  y es alfiler de dolor la frustración: “ …con la miseria del héroe, / maniatado al salario cómodo/ muero en la ciudad canalla./…”, para añorar el tiempo de los sueños y la nostalgia: “ Oh sueño, reconcilíame con el pasado/ en los sitios de costumbre./…”. Y en Travelín se hace futuro; pero futuro nostálgico : “Algún día, con pasos vacilantes/ arrastraré por las calles/ mis achaques de viejo/ y pensaré en lo que el recuerdo fue,/ antes de ser recuerdo./…”  y al mismo tiempo resignado: “ Cuando a la hora circular del regreso/ el reloj de la vida se pare,/ partiré sin nada/ que llevarme o que dejar./…”.

 

La segunda parte, El viaje interior de la libertad, consta de dos partes ; una primera Canción de piratas  con un solo poema de dos partes en la que hace una especie de recorrido por sus vidas soñadas y en la que dicee: “Ni de lejos me arrepiento de cuanto hice,/ tan solo, de lo que no llegué a hacer”. En la sección titulada como el libro;  Los códices de Arcadia el poeta construye un homenaje a personajes históricos de la contemporaneidad , que han dejado huellas en la humanidad especialmente en el campo de  la libertad y especialmente en el poeta. En primera persona hablan Mahatma Gandhi, María Zambrano, Che Guevara, Rigoberta Menchú, César Vallejo, Irena Sendler, Nelson Mandela, Madre Teresa de Calcuta, Víctor Jara, Aminatu Haidar, José Saramago, Josefa Navarro Zamora, Liu Xiaobo, Suu Kyi, Antonio Augusto de Seixas, José Antonio Labordeta y Otelo Saraiva de Carvalho.   Acabando en el poema a este último con los siguientes versos, que muestran el grado de escepticismo del poeta: “:::Hoy, nada es reconocible,/ todo parece tan irreal/ como contar perlas sobre la nieve./ Los hechos dan consistencia/ a mis temores./ Nos rebelamos; pero nunca del todo.”  Último verso que él solo compendia tan profundo poemario que como dice el prologuista ninguno de sus lectores “..podrá salir indemne de entre sus páginas.”.