Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
PALOMA FERNÁNDEZ GOMÁ

Paloma Fernández Gomá

Francisco Basallote

Un haiku es una estrofa poética originaria de la literatura japonesa clásica que pretende expresar en sólo tres versos un sentimiento breve y sincero.

El haiku tradicional consta de 17 sílabas,  dispuestas en tres versos  de 5, 7 y 5 sílabas, sin rima y trata de conjugar [ el  sentimiento  poético y el artístico.

Esta composición  es esencia espiritual,  camino hacia  la poesía pura. Si la  economía verbal es  la esencia  de la esencia de  una  forma  lírica, esa forma  es el haiku, que  sólo cuenta  con  diecisiete  sílabas  en tres versos para expresar una sensación, una verdad  poética. El haiku es concisión  y síntesis, una de las  composiciones más difíciles  que existen,  nacida  según los  maestros  japoneses,  en un momento  de gracia.

La  esencia espiritual del haiku está conectada con la ambición del poeta de fundirse  con la  naturaleza,  de  vivirla intensamente. Su técnica es un  arte difícil cuyo dominio   ayuda  a sacarle  al lenguaje su máxima expresividad.

El haiku como ya anunciábamos nació en Japón hace muchos siglos (también hay orígenes posteriores de haikus en China y en la India) del pensamiento de algunos poetas religiosos del Taoismo, el Confucionismo y especialmente del Budismo Zen. Pero algunos consideran que sus verdaderos inicios son del siglo XIII y que el primer gran autor de haikus fue Yanusaki Sokai (1465-1553); pero después de una larga trayectoria cincunscrito a las esferas de las literaturas orientales, el haiku llegó a abririse hacia el mundo occidental cuando Japón y China abrieron las fronteras de sus culturas a Europa.

En  el Japón, el poeta de haiku tenía la costumbre de acompañarlos con un haiga: una pintura no demasiado perfecta que era simbolizadora del texto.

No podía ser de otra forma que un poeta de exquisita sensibilidad como Francisco Basallote se adentrara en la poesía del haiku, fiel exponente, como  ya explicamos anteriormente de una forma de  pensar y una línea de actuación personal que colma el  espíritu de trascendencia; de esta forma el  poeta de haikus al escribirlos  se define a sí mismo

Así Francisco  Basallote  nos ofrece una trilogía de haikus para brindarnos su sentir y expandir el sentimiento  poético del haiku. “Queda la luz”. “Sendas del  aire” y “Sólo tiempo” componen esta trilogía.

“Queda la  luz” está  formado por doce  láminas de bellas  pinturas, en este caso yo diría que perfectas donde se busca la ensoñación, el más allá que trasciende a la  palabra y a la escritura, a la mirada; pues detrás de estas pinceladas que consiguen la  perfección absoluta se ve la tarde  de enero  en los  árboles vacíos o como un rayo de sol traspasa la arboleda. En este haiku de nuestro  autor podemos leer:

En marzo el viento

desordena los  prados,

resiste el cardo.

En la pintura que acompaña  a estos versos se pude observar como se balancea el viento, levemente. Y esta sensación  casi  se respira.

Unas leves pinceladas transmiten aroma y las  palabras colman el vaso  de un deseo expresado: Ni las chicharras / en el  páramo  seco,/ sólo el  calor

En esta orilla/ llegan pero se van,/ olas del mar

( Haikus pertenecientes a “ Queda la luz” )

“Sendas del aire” nos  ofrece otro trabajo de Francisco Basallote,  consta de  láminas donde bailan los troncos, hay un  cardo morado que nos mira, un arriate cuajado  de alhelíes y  un hontanar, buganvillas, cantueso, pavesas,  aves que  vuelan, un arroyo que fluye, la  esbeltez  de un  arce que nos observa, el reflejo  de un  bosque o una niebla que  balbucea palabras.

La   última entrega se titula “Sólo tiempo”: árboles secos, chopos  sin hojas, hayedos encendidos, un soto, columnas de mariposas, la  luz y el viento, el calor, la siega, los membrillos, un  claro  del bosque, una tarde de  otoño o  las primeras  nieves , nos dejan el sabor agridulce  de la belleza de  lo temporal.

Un  canto de armonía entre verso y pintura  queda definido en estas carpetas de  haikus que nos ofrece Francisco Basallote donde  se  disfruta de la poesía y del color que va llenando huecos del alma. Es así como  Francisco  Basallote  sabe transmitir su poesía:  desde  lo más sencillo hasta  lo más grande ,  que sólo  el alma puede percibir.

Los haikus de Basallote  son un canto a la sensibilidad .

 Nos queda agradecer al autor  esta obra de  plenitud , que nos hace llegar  como  testimonio  de su  magnitud creadora.