Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
FRANCISCO BASALLOTE
A propósito de "Asignaturas del aire", de Carmen Sáiz.   Edita Origami, 2012. Cádiz

Francisco Basallote

Carmen Sáiz

Edita: Origami

 Nacida en Jerez de la Frontera (1979), Carmen Sáiz es licenciada en Derecho por la Universidad de Cádiz. Su temprano interés por la poesía se ha visto recompensado con premios como el Premio Internacional de Sonetos Bruno Alzola García (2005), el Premio del Concurso de Expresión Joven (Jerez, 2007) por la obra “Atada por amor, amoratada”, así como el Primer Premio en el Certamen Poético Pilar Paz Pasamar (2008), entre otros.  Su participación en tertulias poéticas y   en numerosos recitales demuestran su compromiso con la poesía. De una profunda formación clásica, definió de la siguiente forma la influencia de los clásicos: “Me aficioné, sobre todo, a los endecasílabos a raíz de mis lecturas a Garcilaso de la Vega, un referente del que heredé mi pasión por el soneto. …” y a los que patentiza su maestría: “… no hay que perder el respeto a nuestros clásicos, a los grandes maestros que siempre cuidaron las formas y nos dieron gran ejemplo de buena poesía” .    Desde Lorca a Mario Benedetti, pasando por Machado, Cernuda, Garcilaso de la Vega y   Caballero Bonald  … todos ellos conforman el mundo poético de referencia de Carmen Sáiz, que coloca en lugar destacado a Dolors Alberola: “…asistiría a un Taller de poesía a cargo de Dolors Alberola, donde pude adentrarme en el estudio musical del verso libre. Es innegable que hay sobre mí una gran influencia de la poesía de Alberola y de su forma de entenderla.”

 

Ha definido su poética así: La Poesía es un locutorio entre el mundo y uno mismo. Y exige el abandono de cierto pudor emocional para abordar los folios como ouijas, donde emplazar a los fantasmas personales, los temores… y poner de manifiesto también las heridas de la realidad social en que vivimos. Asimismo -y citando parte de uno de mis sonetos- diría que “sólo el poeta acepta el sacrificio / tan vano de intentar que albergue un verso / vida, y lata, y refleje en su reverso / el rostro de una voz entre el bullicio.”

 

En el prólogo de este Asignaturas del aire”, Dolors Alberola define así su poesía: “Carmen Saiz apuesta por lo no efímero, por lo aparentemente invisible pero que se deja oír por los que aman llanamente la poesía. No vayan a creer que su voz se entretiene en caducas fabulaciones ni artilugios pasados ya de moda, es un decir totalmente asombroso y actual el suyo. Y asombra que, luego de tantos siglos utilizando las mismas herramientas, todavía se agrupen los vocablos de manera distinta y sorprendente. Sus imágenes son alarmantemente hermosas, íntegramente nuevas, lo único que a nadie se le ocurriría conjugar sucede entre sus versos.”

 

Muchas son las “Asignaturas del aire”, que la misma autora detalla: La amistad, la aceptación del desengaño de uno mismo, el desamor, la búsqueda de la identidad …”, a ellas añadiríamos la luz y  la memoria, con lo que las constantes de la poesía universal se manifiestan en este hermoso poemario en un esquema de respeto formal en poemas donde predomina el endecasílabo, conjugando con otras medidas una maravillosa urdimbre en cuya música laten con fuerza las asombrosas combinaciones de las eternas palabras  que traman hermosas y deslumbrantes metáforas, un resplandeciente fulgor que la habilidad creadora de la poeta ubica en el frontispicio de este poemario por tantas  cosas luminoso.   

 

Consta de tres partes: Rotunda evidencia, Asignaturas del aire y Materia de la Memoria. La primera de ellas es una especie de síntesis de la obra en la que queda patente la primacía y el valor de transformación del poema: “Rotunda la evidencia, para siempre,/ de que hay un cuarto oscuro en cada verso./ Porque nadie regresa de un poema/ siendo el mismo…/…”, así como el recurso  a la memoria:  “Recogí mi infancia en una trenza,/ la encontré con el rostro entre las manos lamiéndole un seísmo la mirada,/...”y a la espina de la pérdida y la nostalgia: “ A tu salud me ha bebido/ la nostalgia, esa forma en que me culpo/ de ladrarle al pasado de unos ojos,…”. La segunda parte, es a nuestro criterio, la nuez del poemario, en ella prevalece junto a la intensidad de los sentimientos, la elocuente riqueza de las imágenes, el esplendor de unas sorprendentes metáforas:  “ Hay braseros en el pulso que festejan/ una embolia violenta de fauvismo,/ un apretón de goce en la retina,/ la plenitud a gritos de lo hermoso. /” ,  “ Es un campo de tiro cada noche/ y hay balas en los ojos que no lloran.” ,  la  dulce presencia del amor: “ Retoma el dulce labio/ de mis hojas,/ pues quiero yo decir que un beso tuyo/ bastará para sanarme.”, a veces hecho nombre:  “Tiene tu nombre fondo de alacena,/ profundidad de libro, derrotero./…/  Fui yo quien torturé a tu nombre/ de tanto acorralarlo entre los labios.” y la contundente independencia: “…Te dejas desnudar y me encapricho/ del mar abierto que me guardas/ pero más tarde o más temprano,/ sabrás de mí que nunca supe/ ser de nadie.”.

Materia de la Memoria, es un retorno a un tiempo  que aparece distorsionado por otras vivencias; pero que de todas maneras: “ Gotea mi niñez –la que recuerdo-/ en los roncos tabiques de un hogar/ hoy convertido en pasto de las reses / rumiantes del mutismo…./”!, aunque “…Hay misterios que no debieran nunca / desvelarnos su rostro o su escondite.”, y muy doloroso “ Desvivirse por vivir/ lo no vivido/ para una vida es sólo suficiente/ si no se aburre el mar en tus pestañas.”. Y está presente el desamor: “ Es amar –sucede a veces-/ equivocar la hora y la estación,/ como si en la penumbra de los cines/ se ocupara un asiento equivocado./”

 

Un hermoso y contundente poemario, en el que con la perfección de la forma y el uso equilibrista de las palabras , de las eternas palabras, y la luminosa construcción de las metáforas consigue una actualísima poesía y lo que es más seguro: el desbroce del camino para un prometedor  futuro , que con toda certeza le auguramos.