Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
Francisco Vélez Nieto
Acerca de "El bendito arte de robar bancos", de Christopher Brookmyre. Malpaso Edciones.

Francisco Vélez Nieto

Christopher Brookmyre

Malpaso Ediciones

Todo posible riesgo de tener ahorros de muchos años de sacrificios, en esta novela es pecata minuta, con original estilo y sin hacer daño a la clientela, aunque si al banquero, es como nos lleva Christopher Brookmyre por una galería rocambolesca de sucesivos sobresaltos de novela negra rebosante de humor e ingenio, aunque lo cortés no quita lo valiente. Al contrario, pues paralelamente se expone una fina y realista crítica social y política. Ya para desarrollar con buena fortuna su poder literario mezclado con la más imaginada inventiva de escenas que descolocan todo previsto de posibles sucesos que se puedan esperar.

Por lo que Zal dirigente de la banda. Especialista, culto y sagaz ladrón apasionado del arte y lo inesperado, detecta que su gran jefe quiere hacerle una jugada con trampa, complicándolo en un robo de mucha altura. Pero claro, como no se fía ni un pelo de tan alto mafioso, decide a fin de  estar en forma practicar como entrenamiento, robar un pequeño banco realizando prácticas con los métodos más sorprendentes y divertidos, acompañado de un diseño cultural para quitarse el sombrero. Y no es que uno esté por los ladrones de bancos, aunque, sin estar de acuerdo, conviene reconocer que estos métodos no alteran el orden establecido de los clientes. Si se practican con los más estrambóticos y civilizados métodos para conseguir desbalijar sus cajas donde se guarda el dinero sin por ello molestar a la clientela que se encuentra dentro de su trajín diario.

 Y así de amena transcurre la aventura de Innez y sus chicos en el pequeño banco de Glasgow con unos métodos tan poco ortodoxos, como puede ser disparar polvos pica-pica, utilizar pistolas falsas o dibujar obras de arte para tranquilizar a sus rehenes y hacer teatro. Como no podía faltar en el transcurso de tan delirante aventura que tiene mucho de molinos de vientos. En plena faena Zal conoce a la detective Angelique. Y aquí, lector, en tan propia lectura de verano y la falta de vergüenza torera de los ídolos de los juegos malabares de las estrellas del fútbol de élite”, en este país sin esperanzas de arreglo mínimo y miles de niños inocentes sin estar alimentados como su propia naturaleza exige. Surge esta historia de amor de fuerte atracción, al tratarse de la afanosa afinidad que siente el ladrón intelectual y la especial y contundente inspectora de policía. Explosión romántica a flor de piel que parece imposible. Aunque siempre quedará París. Y ya conocerá el lector adulto tanto en la ficción como en la propia realidad, lo que son las historias amorosas, cuando surge una fémina de esas que hacen historias, aunque la docilidad calma a lo más fiero. Y esto no es machismo al estilo de parlamentario  conservador con nostalgias de caudillo bajo palio.

Sobre "El bendito arte de robar", no exagero nada en absoluto, ni es utópico de lectura de verano esta narración con acción de buen cine, resulta ser una novela negra de esas que provoca hipo placentero, suele producirse fácilmente en este género de calidad. Puesto que cuando se tiene la fortuna de poseer ingenio este lo puede todo Y en tan movida novela está logrado con el suficiente volumen para satisfacer al lector. Y mostrar una contundente imagen de la sociedad capitalista y política sin necesidad llegar a lo escabroso en los planteamientos. Su maestría se lo impide.

Aguda sátira social del maestro escocés Christopher Brookmyre (Glasgow, 1968) es novelista y presidente de la Humanist Society of Scotland. Sus novelas, maestro de narrativa potente, son una mezcla de comedia, denuncia social, acción y política. Ha recibido varios premios a lo largo de su carrera, entre los que se incluyen el Critic’s First Blood Award for Best First Crime Novel of the Year por Quite Ugly One Morning, o el Scottish Crime Book of the Year por Black Widow (2016). Vive en Glasgow con su familia.