Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
ANTONIO GARCÍA VELASCO

Antonio García Velasco

“FAHRENHEIT 451” es la obra de Ray Bradbury donde los bomberos, en vez de apagar el fuego, lo provocan a costa de los libros. La consigna es que los libros desaparezcan. Puede que muchos, sin saberlo o sabiéndolo, lleven un bombero-quema libros dentro y, estando en sus medios favorecer el libro, la colección de libros, la quemen de un plumazo incendiario hasta alcanzar la temperatura de 451 grados Fahrenheit, necesaria para que el libro, la colección, desparezca. Precisamente, en el día del libro, me entero de que la colección de poesía “Ancha del Carmen”, de la que Málaga, su Ayuntamiento y los malagueños podrían sentirse orgullosos, ha desaparecido por ordeno y mando de la Delegación de cultura (¿de cultura?) del Ayuntamiento malagueño, que preside o dirige Miguel Briones.

 

Si esta obra de Bradbury es calificada como la utopía “más negra, horrorosa y apocalíptica que nos ha ofrecido la literatura de ciencia-ficción” (Antonio Quintana Carrandi), hemos de convenir que, en cualquier situación, acabar con un libro, con una colección de libros, consolidada y prestigiosa, cuando es sumamente fácil, propiciar su continuidad, es una suerte de mazazo a la cultura. José García Pérez, el director de la colección de poesía “Ancha del Carmen, lamenta en sus escritos, con toda la razón, el modo en que se ha puesto fin a la misma. Todos los amantes de la poesía, de los libros, lo lamentamos con él. Porque no se trata de un cambio de director, se trata de una hoguera fulminante en que un bombero-quema libros prende la chispa para alcanzar los 451 grados Fahrenheit.

 

Se vaticina el fin del libro en el formato actual. Aunque se viene hablando de ello desde hace décadas, ya se anuncian los formatos electrónicos, cómodos, sin los reflejos de pantallas de ordenador, de PDA o de portátiles, con capacidad para almacenar miles de páginas, cientos de libros, que se podrán leer en cualquier parte. Y, aunque su precio no está a la altura de una crisis con más de cuatro millones de parados, tampoco resulta excesivo en relación con las prestaciones. Lamentablemente, en el caso que nos ocupa, no se va a sustituir la colección impresa “Ancha del Carmen” por su formato electrónico de acuerdo con las novedades tecnológicas y con las aspiraciones de Capitalidad Cultural que ostenta Málaga para el 2016. “Ancha del Carmen” ha finalizado su existencia, como el programa de “Poesía en los Barrios”. Definitivamente, la poesía, quintaesencia de la literatura, no interesa al cuerpo de bomberos de “FAHRENHEIT 451”, o, dicho de otra manera, a la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.