Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria

        
REDACCIÓN

Edita Almuzara

El que fuera ministro de comunicación en Marruecos, Mohammed Larbi Messari, acaba de publicar con la editorial Almuzara un ensayo en el que desgrana las causas y razones de los encuentros y desencuentros entre España y el Reino Alauita. Las relaciones difíciles. Marruecos y España es el título de esta obra en la que se exponen las controversias entre dos estados vecinos que, según el autor, están condenados a entenderse. Se trata de una reflexión política, económica, histórica y social realizada desde el otro lado del Estrecho en la que recoge gran cantidad de acontecimientos, que han llevado a ambas naciones a situaciones en algunos casos delicadas, ocasionadas por la peculiaridad que conlleva una vecindad geográfica y unos intereses contrapuestos. El colonialismo, el futuro del Sahara, la crisis de Perejil, Europa, Ceuta, Melilla, las Islas Canarias y el terrorismo, son, entre otros, los temas que este periodista y escritor pone sobre la mesa desde una óptica distinta a la española.

 

El libro comienza con el Tratado de Marrakech de 1767 firmado entre Carlos III y Mohamed III, un convenio de cooperación para acabar, en principio, con la esclavitud y la piratería en el mar y que desembocará en un desencuentro entre ambas potencias a tenor de las interpretaciones que tanto españoles como marroquíes han querido dar a dicho tratado. El contenido de este acuerdo es el que provoca la controversia histórica, aún presente en las negociaciones, entre quienes reconocen la soberanía española en el Norte de África y los que argumentan que en el Tratado la corona marroquí cedía tan sólo una licencia para pescar en dicha zona.

 

El autor considera que la principal causa de los desencuentros entre España y Marruecos procede de esta controversia histórica. Para Larbi aunque existe una nueva generación de problemas, cuando se discuten acaban en el mismo punto, en el pasado. “La persistencia de un litigio territorial que data del siglo XV, me refiero a Ceuta y Melilla, y las rocas, es la ilustración más clara de que el diálogo entre españoles y marroquíes continúa siendo anacrónico”, comenta el autor, quien igualmente cita el ejemplo de la negativa de Mohamed VI a asistir al Palacio de Congresos de Madrid al estar custodiado por los famosos leones forjados con el hierro de los cañones ganados al enemigo durante la guerra de África.

 

Asimismo, aboga por la completa neutralidad de España en lo relativo al conflicto del Sahara, ya que se trata de un problema “intermagrebí”, entre Argelia y Marruecos, y propugna un eje Bruselas-Rabat en el que se diluciden todos los problemas territoriales que atañen a la zona.   

 

Aún así, el ex ministro marroquí comenta que a pesar de las tensiones como la ocurrida con la crisis de Perejil, quedó demostrado que no puede haber choque entre ambos reinos debido a que Marruecos sólo preconizará la cooperación y la paz siempre que negocie con España, ya que existe una razón básica que alienta este deseo; los dos países pertenecen a Occidente y tienen idénticas preocupaciones en temas de seguridad y estrategia.

 

Mohammed Larbi Messari, periodista y escritor, nace en Ceuta en 1948. Licenciado en Lengua Española y profesor de la misma en Méquinez y de árabe desde 1971, fue Ministro de Comunicación y embajador de Marruecos en Brasil. Ha sido Secretario general del SNPM (Sindicato Nacional de la Prensa Marroqui), miembro de la ejecutiva del Partido Istiqlal de 1974 a 2008, Vicepresidente de la Unión General de Periodistas Árabes y Vicepresidente del Centro Árabe de los Estudios de la Información, además de Presidente de la Asociación de Periodistas Marroquíes de Expresión Española. Autor de numerosos libros sobre politica, historia y literatura, publicó la revista de politica exterior Shu un Magribia. Jefe del grupo parlamentario de su partido en 1984, fue Secretario general de la Union de Escritores de Marruecos durante tres mandatos. En la actualidad es miembro del Patronato de la Fundación Tres Culturas, con sede en Sevilla.